Creando los “instrumentos de positividad” del líder
Marvio Portela, VP de SAS América Latina
Con toda esta increíble positividad emanada del SAS Global Forum (SGF) que se realizó esta semana en Denver, no pude evitar recordar un poco mi propia trayectoria profesional y todo lo que he aprendido viviendo y trabajando para la compañía en los últimos años.
He estado al frente de la región de América Latina y el Caribe para SAS desde hace cuatro meses. Anteriormente dirigí Asia Pacífico (APAC) durante casi dos años desde las oficinas de Melbourne, Australia.
Cuando se me asignó la tarea de manejar APAC, tuve que salir totalmente de mi zona de confort. No estaba familiarizado con ese mercado, ni había tenido una posición similar antes y no estaba acostumbrado al inglés con acento australiano. “¿Qué puede añadir al negocio un brasileño despistado?”, seguramente pensó más de uno cuando llegué a ese país. No fue la mejor forma de comenzar, ¿cierto?
Cuando nuestra carrera da un giro inesperado, inevitablemente uno se expone a sí mismo y sus capacidades. Y en esos casos, hay herramientas que son mucho más valiosas que todo el arsenal de experiencia que uno pudiera tener. Personalmente, descubrió que el respeto, la buena disposición, la sinceridad y la transparencia eran muy importantes – y es increíble todo lo que usted puede lograr con esos “instrumentos de positividad”.
Mientras estaba a cargo de 14 mercados diferentes con tantos estándares empresariales y personales distintos, aprendí mucho sobre liderazgo. Me cuestioné mis propios paradigmas, pero también tuve muchas oportunidades de confirmar mi creencia de que los líderes positivos pueden transformar realmente no sólo a una empresa sino también a grupos de personas.
Evidentemente, hay culturas y nuevas situaciones a las que uno debe adaptarse, lo cual no siempre es fácil y puede generar una actitud negativa. Los seres humanos somos propensos a criticar antes de darle a la gente la oportunidad de mejorar. Por ejemplo, normalmente a un empleado de SAS le toma alrededor de seis meses entender cómo funcionan las cosas, por lo que es más conveniente preparar a la gente adecuadamente desde el principio que malgastar el talento que tal vez sólo necesitaba pulirse.
Tener una actitud positiva con la gente también tiene que ver, por ejemplo con poner atención a las cosas pequeñas que podrían afectar a la gente y sus resultados. Algo que he hecho para elevar la moral y el desempeño de Asia Pacífico y que he replicado en América Latina son las reuniones semanales con todos los líderes de cada país. Lo que se volvió en una práctica poco común antes se convirtió en una forma de crear un sentido de trabajo en equipo y un espacio para aprender uno del otro, celebrar los logros y enfrentar los problemas como grupo. Porque una región no es solamente un conjunto de países coordinados por una persona, sino un mercado unido que necesita trabajar conjuntamente para alcanzar el éxito.
La gente que conozco que produce los mejores resultados es la más abierta y positiva. De hecho, es las más cercana a sus equipos y no antepone la barrera de la formalidad entre ella y quienes le reportan, sin importar su nivel ejecutivo. Pensaba en lo que me sucedió un día, después de un día completo de reuniones en Brasil, lo agradecido que me sentí de jugar futbol con los becarios en lugar de estar solo en mi habitación del hotel. Tal vez se sintieron privilegiados de socializar con el vicepresidente, pero yo fui el beneficiado.
Es un proceso continuo, pero cuando usted está abierto a construir relaciones positivas, es posible tener verdadero acceso a la gente y generar un cambio de formas que nunca se imaginó. Eso será significativo no sólo para la empresa sino para las carreras de la gente –y después de cada abrazo entusiasta que recibí de un ex colega de SAS en el SGF, pensaba: tal vez estoy en el lugar correcto.